Despojarse!
No estimó el ser igual a Dios, como cosa a qué aferrarse, sino que se despojo así mismo y tomó forma de siervo, y se hizo semejante a los hombres; y estando en esa condición se humillo así mismo y se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz... Verdaderamente no hay salvación sin sacrificio y no hay gloria sin cruz. Esta etapa de transición y adaptación nos está llevando a intentar vivir estos versículos de Filipenses 2:5-8. A Jesús no lo humillaron, El eligió humillarse así mismo hasta la muerte, El fue ése varón de dolores, experimentado en quebrando, no por nada, sino para salvación, para que un día toda rodilla se doble y confiese que El es el Señor. Humillarse es vestirse totalmente de una verdadera humildad, porque al humilde Dios lo mira con agrado, al altivo, Dios lo mira de lejos. Por eso, es hermoso éste tiempo, porque Dios me está enseñando la humildad de aquel niño que nació en un pesebre, cuando Jesús pensó en nosotros nos amó tanto! que no le importó las incomod