Buscando más de Él (Parte 1)
Esta semana al meditar el salmos 34, y leer cada promesa que David menciona, eleva mi alma a un gozo indescriptible. Sobretodo porque él se encontraba viviendo momentos de persecución, angustia, destierro. El contexto de éste salmos es sombrío porque David se hace pasar como loco ante Aquís rey de Gat; pero al mismo tiempo, éste salmos refleja su profunda convicción de que el Dios que lo llamó está absolutamente al control de todo, David elabora el Salmo 34 para animar a sus cuatrocientos hombres a confiar en Dios en un momento de gran necesidad. El ha descubierto que el Señor es Su Ayudador, siente alivio por la liberación de las garras del rey filisteo, y se ve reconfortado por la llegada de tantos compañeros de huida. El Salmos 56 tiene también éste contexto. Ese alivio personal que experimenta, se convierte en ánimo para los demás. Si él ha experimentado que Dios suple para todas sus necesidades, también lo hará para los cuatrocientos a su lado... También para Ti y para mi.
Inicia éste salmos con un cántico de alabanza ! "Bendeciré a Jehová en todo tiempo". ¡Qué liberación! ¡Qué provisión! ¡Qué salvación! Habrá que repetirlo, cantarlo, gritarlo en voz alta una y otra vez. Habrá que recordarlo siempre. Experimentar la salvación de Dios llena nuestra boca de palabras de alabanza. Puede ser la liberación puntual de un gran peligro (un accidente, una enfermedad, un desastre natural) o puede ser la conciencia de haber sido librado de la condenación eterna por medio de la fe en Jesucristo. Lo cierto es que si Dios ha actuado así en un momento dado, lo hará más veces: "El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?" (Ro 8:32).
"En Jehova se gloriara mi alma lo oirán los mansos y se alegraran" los mansos son los pobres en espíritu, los que reconocen su necesidad de Dios cada día. Ciertamente hay momentos en que la duda, confusión o nuestros propios temores hace que no nos sintamos con fuerzas para bendecir Su Santo Nombre pero, lo he vivido, una de las cosas que ayuda a superar esos momentos de crisis es acordarte, traer a memoria los momentos cuando Dios vino en tu rescate, Si! el mirar otra vez su "intervención divina" te ayudará a superar esos momentos, entonces tus labios lo alabaran con gratitud y regocijo.
"Busque a Jehová y Él me oyó y me libro de todos mis temores", pienso en el pueblo de Israel y sus 40 años de viaje en el desierto, donde faltaba de todo, sirvió para que conocieran a Dios y cimentaran su relacion con El. Ver que Èl supliría a cada paso cualquier cosa que fuera necesaria.; ellos, expresarían su dependencia por medio de la oración de fe, y esa dependencia total abriría paso a la bendición, eso forjaba un corazón dependiente en Dios, su Fé se hacía cada vez más inquebrantable, su paso por el desierto produjo un carácter firme y en sintonía con la voluntad de Dios.
"Los que miraron a él fueron alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados." este versículo nos invita a mirar a Dios, como decía el apóstol Pablo "puesto los ojos en Jesús, el autor y el consumador de toda buena obra" Mirar a Cristo, renueva nuestra confianza en la provisión diaria sea cual fuere, del Dios que sustenta y sostiene todo. Y en Islas 45:22 dice: "Mirad a mí y sed salvos, todos los términos de la tierra".. Que hermosa promesa! Que hermosa bendición!
David continua afirmando "El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende." Significa que nadie podrá poner un dedo encima para hacerte mal . Sin embargo, ocurrió con Job, y como ocurrío cuando detienen y crucifican a Jesús, el permiso de Dios a veces abre brecha en su muro de protección. Pero esto es sólo porque Dios lo consiente, no porque los enemigos sean más fuertes. Jesús dijo "Yo Soy" en el huerto de Getsemaní, y todos los soldados caen al suelo (Jn 18:6). ¿porque?, esta claro que sólo lo detienen porque él quiere, porque había un plan que cumplir. La lección es que si Dios consiente que hagan daño a los suyos, es para que ellos, confiando y obedeciendo glorifiquen a Dios a través de la respuesta que dan en medio del sufrimiento.
"Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él. Temed a Jehová, vosotros sus santos, Pues nada falta a los que le temen."
Esta porción termina con la certeza de que "nada falta a los que le temen". Dios suplirá. Dios proveerá. Pero ¿cómo lo hace? ¿Manda un sueldo a casa mientras quedamos quietos orando? Lo normal es que el ser humano también ponga de su parte: buscando, trabajando, haciendo. La referencia a los leoncillos trae a mente otro salmo: "Los leoncillos rugen tras la presa, y para buscar de Dios su comida... Sale el hombre a su labor, y a su labranza hasta la tarde" (Sal 104:21,23). Dios provee comida a los leoncillos, pero ellos tienen que salir a buscarlo. También provee comida para el hombre, pero éste tiene que labrar la tierra. La idea es que la provisión del Señor incluye el uso de medios. Dios provee maná para el pueblo de Israel, pero ellos tienen que salir a buscarlo cada mañana. La providencia de Dios y el esfuerzo del hombre están en perfecta armonía.Esto significa que cuando David afirma que nada falta a los que temen al Señor, está diciendo que el Señor indicará la parte que le corresponde al hombre, como también la parte en que sólo tiene que esperar sin hacer nada. Es una combinación exquisita, y muy fácil de confundir si no estamos conectados con Dios. Se puede trabajar mucho sin depender de Dios, y se puede orar mucho sin asumir nuestra responsabilidad. Como dice (Pr 21:31): "El caballo se alista para el día de la batalla, pero Jehová es el que da la victoria". Hace falta un esfuerzo (preparar el caballo y luchar), y también hace falta confianza en Dios (sólo él puede hacer que las cosas sucedan) Esperan en Él en confianza y rendición es lo mejor. Que Dios te regale una bonita semana siempre bajo Su Gracia.
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