Desiciones


Lucas 23 relata la sentencia de Jesús. En los primeros 5 versículos leemos, cuando fue presentado ante Pilatos, quien tenía bien clara la diferencia entre sus fuerzas armadas y los seguidores de nuestro Señor Jesus. Pero, la multitud en lugar de ablandarse por la declaración de inocencia dada por Pilato, y de considerar si no estaban echándose encima la culpa de sangre inocente, los judíos se enojaron más. Dios Padre, lleva sus designios a un glorioso final, aun por medio de los que siguen las intenciones de su propio corazón. Así, todos los partidos se unieron, como para probar la inocencia de Jesús, que era el sacrificio expiatorio por nuestros pecados.
Herodes había oído muchas cosas de Jesús en Galilea y, por curiosidad, anhelaba verlo. El mendigo más pobre que haya pedido un milagro para el alivio de su necesidad, nunca fue rechazado; pero este príncipe orgulloso, que pedía un milagro sólo para satisfacer su curiosidad, es rechazado. Podría haber visto a Cristo y sus prodigios en Galilea y no quiso; por tanto, se dice con justicia: Ahora que desea verlas, no las verá y por ello, Herodes mandó a Cristo de vuelta a Pilato. Que fuerte! dos personas enemistadas pueden unirse para causar daño a otra. En poco estaban de acuerdo, salvo en la enemistad contra Dios, y el desprecio por Cristo.
Vemos en los siguientes versículos, (13-25), como el temor al hombre mete a muchos en la trampa de hacer algo injusto aún contra su conciencia para no meterse en problemas. ¿Te a pasado esto alguna vez? 😕Pilato declara inocente a Jesús y tiene la intención de dejarlo libre, pero, para complacer al pueblo, lo castiga como a malhechor. Si no halló falta en Él, ¿por qué castigarlo? Pilato se rindió a la larga; no tuvo el valor de ir contra una corriente tan fuerte. Dejó a Jesús librado a la voluntad de ellos para ser crucificado.
En los versículos del 26-31. Leemos como Jesús fue crucificado, Jesús, el Cordero de Dios, fue llevado como cordero al matadero, al sacrificio. Aunque muchos le reprocharon e insultaron, algunos lo compadecieron, pero la muerte de Cristo fue su victoria y triunfo sobre sus enemigos: fue nuestra liberación, la compra de la vida eterna para nosotros. Por tanto, no lloremos por Él sino por nuestros propios pecados, y los pecados de nuestros hijos, que causaron su muerte; y lloremos por temor a las miserias que nos acarrearemos si tomamos su amor a la ligera, y rechazamos Su  Gracia. Si Dios lo dejó librado a sufrimientos como estos, porque era sacrificio por el pecado, ¡qué hará con los pecadores mismos que se hicieron árbol seco, generación corrupta y mala! Los amargos sufrimientos de nuestro Señor Jesús deben hacernos estar sobrecogidos ante la justicia de Dios. Los mejores santos, comparados con Cristo, son árboles secos; si Él sufrió, ¿por qué ellos tendrían la expectativa de no sufrir? ¡Cómo será, entonces, la condenación de todo pecador!
En los versículos 32 al 43 vemos como tan pronto  Cristo fue clavado en la cruz, oró por los que lo crucificaron. Él murió para comprarnos y conseguirnos la justificacion, que es el perdón de pecados. Por esto murió Jesús. Y estando en la cruz en medio de dos ladrones; que, por cierto, en ellos se muestran los diferentes efectos que la cruz de Cristo tiene sobre los hijos de los hombres por la predicación del evangelio. Un malhechor se endureció hasta el fin. Ninguna aflicción cambiará de por sí un corazón endurecido. El otro se ablandó al fin: fue sacado como tizón de la hoguera y fue hecho monumento a la misericordia divina. Se arrepintió sinceramente y fue directo a habitar en el cielo.
Jesucristo murió para abrir el cielo a todos los creyentes que con corazón sincero vienen a El. Téngase la seguridad de que, en general, los hombres mueren como viven. ¿Como te encuentras viviendo en el camino de la vida? Con un corazón endurecido por la incredulidad y total indiferencia hacia Dios? O con un corazón de carne que se duele por el pecado? Quizá en el fondo de tu alma anhelas que halla algo mas, puede ser que te preguntes, que propósito tiene mi vida? Puedes decir, aveces, siento vacío, abatimiento, mi vida un asco... Si vienes a la Cruz, Jesús te ofrece perdón y una oportunidad nueva para tu vida. Tu decides, y esa decisión la hemos tomado todos los que creemos en Él como nuestro único y suficiente salvador. El te amo desde antes que nacieras, no intentes cambiar tu vida por voluntad propia, porque no cambiaras, pero con Jesús viviendo en Ti, Todo lo puedes, porque diariamente recibirás Su fortaleza y la ayuda de su Santo Espíritu que es el que te guia a toda verdad.


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