Bienaventuranza 2
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
S. Mateo 5:4
Pasamos ahora a estudiar la 2da Bienaventuranza " Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolacion"
Todas estas Bienaventuranzas se refieren a una condición espiritual y a una actitud espiritual. En la lógica humana es normal que evitemos llorar o sufrir. Las cosas ya son de por sí lo bastante malas para que uno vaya en busca de problemas, dice el mundo; por tanto, traten de ser lo más felices que puedan...pero que nos dice Jesús en ésta Bienaventuranza? No cabe duda que estamos una vez más frente a algo que tiene un significado enteramente espiritual. Nuestro Señor no dijo que los que lloran en un sentido natural son felices, no, se trata de un llorar espiritual. Jesús lloró cuando se encontró frente a la tumba de Lázaro ( Juan 11:35) y no precisamente porque su amigo había muerto, porque hiba a resucitarlo. Podemos leer también en Lucas 19, 41-44 que Jesús lloró por Jerusalén, al contemplar la ciudad antes de morir...porque lloró Jesús? Jesús lloro por la dureza del corazón humano, por la incredulidad de los que se llamaban sus hijos, lloró porque quizo juntarlos como la gallina junta a sus polluelos y no quisieron...porque lloramos nosotros?
El apóstol Pablo en una ocasión va a decir: Miserable de mí, quién me librará de éste cuerpo de muerte? Porque reconocía que no hacía el bien que quiere, sino el mal que no quiere eso hacia; el cristiano que conoce esa experiencia de sentirse así, completamente sin remedio, lucha en su interior por ser liberado de esa condición con el poder de Dios.
Sabes? "Llorar" es algo que sigue al ser pobre en espíritu. Cuando me halló frente a Dios y Su Santidad y me veo a mi misma, con mi incapacidad para hacer las cosas que El quiere, mi corazón llora de dolor. Si tienes al Espíritu, el mismo Espíritu contristará tu alma, porque él nos convence de pecado, justicia y juicio, es algo así como un antivirus que hay en nuestro corazón y cuando el pecado se comete el antivirus se activa y entonces empiezas a preguntarte: Que hay en mi que hace que me conduzca como lo hago?, ¿porque me irritó tanto?, ¿porque tengo tan mal carácter que no puedo dominarme?, ¿porque pienso siempre en lo malo? Y descubrimos entonces que hay una lucha en nuestro interior que nos desagrada y lloramos. Lloramos porque entendemos lo que significa el pecado para Dios y porque la luz y las tinieblas no pueden cohabitar.
También podemos llorar por la condición espiritual de los que viven alrededor nuestro, los que tenemos cerca, lloramos por los pecados de los demás, cuando vemos que son indiferentes a Dios y a su Palabra. Llora por lo que se vé a nivel social, por el estado del mundo que necesita tanto de Dios!, existe tanta confusión moral, infelicidad, sufrimiento, conflictos.
Una persona que rechaza a Jesús, permanece en condenación, porque Él es el único camino, la única verdad y la vida plena. Podemos decir que creemos en Jesús y en la práctica lo negamos porque intentamos ir por nuestras propias fuerzas o según nuestra propia manera de pensar.
Cada persona tiene su propia Jerusalén, empieza por allí por tu familia, si eres padre o madre, y ves que tus hijos no están yendo por un buen camino, Ora, Súplica a Dios por sus vidas, para que tengan un encuentro con el Dios Vivo, real y verdadero.
Hoy en día, el mundo está viviendo como en los días de Noé, aparentemente feliz sin Dios. Mientras Noé les hablaba a la gente del diluvio que viene, ellos se reían y burlaban, " comamos, bebamos y regocijemonos " era la consigna. Que triste y duro porque NECESITAMOS de Dios, TODOS LO NECESITAMOS.
Felices los que lloran porque serán consolados ¿Cuando viene nuestro consuelo? Cuando tenemos la certeza de que Dios nos ha salvado y entonces nuestra tristeza se convierte en gozo, nuestra tristeza en alegria; Cuando vemos que nuestro hijo, hija, tíos, hermanos tienen su encuentro con el Señor, eso llena de satisfacción y gratitud nuestro corazón.
El mundo de hoy no ofrece consuelo pero para el cristiano que llora por el pecado y por el estado del mundo, hay el consuelo de la bendita esperanza! La gloria que llegará! Nuestra esperanza en la eternidad en la que no habrá llanto, dolor, lamentaciones, viviremos sumergidos en el esplendor eterno! Crees eso?
Podemos concluir entonces que si tenemos a Jesús en nuestras vidas como nuestro Señor y Salvador, vá a ser fácil llorar por nuestro pecado cuando le fallamos a Dios y también vamos a llorar cuando vemos el pecado en otros, porque anhelamos que se salven. Dios nos ayude a desechar toda superficialidad y tomar en serio nuestra vida cristiana como una bendición de Dios y para bendecir a los demás. Nuestro Señor Jesús gemia, lloraba pero también tenía gozo delante de Él, soporto la cruz porque su mayor anhelo era hacer la voluntad del Padre.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
S. Mateo 5:4
Pasamos ahora a estudiar la 2da Bienaventuranza " Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolacion"
Todas estas Bienaventuranzas se refieren a una condición espiritual y a una actitud espiritual. En la lógica humana es normal que evitemos llorar o sufrir. Las cosas ya son de por sí lo bastante malas para que uno vaya en busca de problemas, dice el mundo; por tanto, traten de ser lo más felices que puedan...pero que nos dice Jesús en ésta Bienaventuranza? No cabe duda que estamos una vez más frente a algo que tiene un significado enteramente espiritual. Nuestro Señor no dijo que los que lloran en un sentido natural son felices, no, se trata de un llorar espiritual. Jesús lloró cuando se encontró frente a la tumba de Lázaro ( Juan 11:35) y no precisamente porque su amigo había muerto, porque hiba a resucitarlo. Podemos leer también en Lucas 19, 41-44 que Jesús lloró por Jerusalén, al contemplar la ciudad antes de morir...porque lloró Jesús? Jesús lloro por la dureza del corazón humano, por la incredulidad de los que se llamaban sus hijos, lloró porque quizo juntarlos como la gallina junta a sus polluelos y no quisieron...porque lloramos nosotros?
El apóstol Pablo en una ocasión va a decir: Miserable de mí, quién me librará de éste cuerpo de muerte? Porque reconocía que no hacía el bien que quiere, sino el mal que no quiere eso hacia; el cristiano que conoce esa experiencia de sentirse así, completamente sin remedio, lucha en su interior por ser liberado de esa condición con el poder de Dios.
Sabes? "Llorar" es algo que sigue al ser pobre en espíritu. Cuando me halló frente a Dios y Su Santidad y me veo a mi misma, con mi incapacidad para hacer las cosas que El quiere, mi corazón llora de dolor. Si tienes al Espíritu, el mismo Espíritu contristará tu alma, porque él nos convence de pecado, justicia y juicio, es algo así como un antivirus que hay en nuestro corazón y cuando el pecado se comete el antivirus se activa y entonces empiezas a preguntarte: Que hay en mi que hace que me conduzca como lo hago?, ¿porque me irritó tanto?, ¿porque tengo tan mal carácter que no puedo dominarme?, ¿porque pienso siempre en lo malo? Y descubrimos entonces que hay una lucha en nuestro interior que nos desagrada y lloramos. Lloramos porque entendemos lo que significa el pecado para Dios y porque la luz y las tinieblas no pueden cohabitar.
También podemos llorar por la condición espiritual de los que viven alrededor nuestro, los que tenemos cerca, lloramos por los pecados de los demás, cuando vemos que son indiferentes a Dios y a su Palabra. Llora por lo que se vé a nivel social, por el estado del mundo que necesita tanto de Dios!, existe tanta confusión moral, infelicidad, sufrimiento, conflictos.
Una persona que rechaza a Jesús, permanece en condenación, porque Él es el único camino, la única verdad y la vida plena. Podemos decir que creemos en Jesús y en la práctica lo negamos porque intentamos ir por nuestras propias fuerzas o según nuestra propia manera de pensar.
Cada persona tiene su propia Jerusalén, empieza por allí por tu familia, si eres padre o madre, y ves que tus hijos no están yendo por un buen camino, Ora, Súplica a Dios por sus vidas, para que tengan un encuentro con el Dios Vivo, real y verdadero.
Hoy en día, el mundo está viviendo como en los días de Noé, aparentemente feliz sin Dios. Mientras Noé les hablaba a la gente del diluvio que viene, ellos se reían y burlaban, " comamos, bebamos y regocijemonos " era la consigna. Que triste y duro porque NECESITAMOS de Dios, TODOS LO NECESITAMOS.
Felices los que lloran porque serán consolados ¿Cuando viene nuestro consuelo? Cuando tenemos la certeza de que Dios nos ha salvado y entonces nuestra tristeza se convierte en gozo, nuestra tristeza en alegria; Cuando vemos que nuestro hijo, hija, tíos, hermanos tienen su encuentro con el Señor, eso llena de satisfacción y gratitud nuestro corazón.
El mundo de hoy no ofrece consuelo pero para el cristiano que llora por el pecado y por el estado del mundo, hay el consuelo de la bendita esperanza! La gloria que llegará! Nuestra esperanza en la eternidad en la que no habrá llanto, dolor, lamentaciones, viviremos sumergidos en el esplendor eterno! Crees eso?
Podemos concluir entonces que si tenemos a Jesús en nuestras vidas como nuestro Señor y Salvador, vá a ser fácil llorar por nuestro pecado cuando le fallamos a Dios y también vamos a llorar cuando vemos el pecado en otros, porque anhelamos que se salven. Dios nos ayude a desechar toda superficialidad y tomar en serio nuestra vida cristiana como una bendición de Dios y para bendecir a los demás. Nuestro Señor Jesús gemia, lloraba pero también tenía gozo delante de Él, soporto la cruz porque su mayor anhelo era hacer la voluntad del Padre.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
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