Bienaventuranza 5
Bienaventurado los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Mateo 5:9
Felices los que trabajan en favor de la paz, porque Dios los llamará hijos suyos.
¿Por qué hay tanta guerra en el mundo?¿ porque hay tanta intranquilidad, desacuerdo, conflicto entre los hombres? ¿ por qué hay tanta inseguridad en la sociedad? ¿por qué hay cada vez más adolescentes que son hechados de sus hogares?
La respuesta que encontramos en la Biblia es el pecado, es la rebeldía del ser humano contra Dios, de hecho la explicación de todos nuestros problemas es la concupiscencia, codicia, egoísmo, egocentrismo; por eso nadie se entiende. Hasta que nuestro corazón no sea cambiado por Dios, nada cambiará. Aveces se intenta mejorar la calidad de vida, sin mejorar el corazón del hombre. Sólo un corazón nacido de nuevo, regenerado por la obra del espíritu santo, es un corazón sometido a Dios y dispuesto a dejar que sea Él, el Dios Todopoderoso, quién lo gobierne.
Ser un pacificador implica una nueva naturaleza, tener un corazón limpio. Quizá te preguntes, pero quien lo puede tener del todo limpio? Dice la Biblia que no hay ni siquiera uno, todos nos hemos desviado a una. Pero sabes? Tenemos un ejemplo perfecto, único, eterno, en la vida de Jesús. Si, Él es nuestro Príncipe de Paz, Pacificador por excelencia, aún cuando "a los suyos vino y los suyos no le recibieron. Jesús vino a reconciliarnos con Dios y se ofreció como sacrificio vivo, santo y sin mancha. Nuestra Paz fue sobre Él.
Bienaventurado los pacificadores, porque ellos serán llamados Hijos de Dios....Hermoso; Ser conocidos como sus hijos, ser hombres y mujeres de Paz porque ejemplo tenemos en Él. Juan 1:12 " Más a todos los que le recibieron, a los que creen en Su nombre les dió la potestad ( el derecho) de ser Hijos de Dios... JESÚS se dió a nosotros para que pudiéramos tener paz con Dios, paz dentro de nosotros y paz los unos con los otros. Pero además ser conocidos como sus hijos. Osea que mi identidad, tu identidad está en Él. Alguna vez escuchaba a personas mayores decir: fulanito de tal es un hijo de Dios 😀, ser conocidos como Sus Hijos, porque en la práctica lo vivimos, es la identidad más valiosa que podemos tener! Sólo Él nos ayudará a amar a los que nos aborrecen, a mostrarnos misericordioso y sencillos aunque nos humillen, ultrajen o difamen y a seguir la paz y la santidad siempre .
Efesios dice: " Porque El es nuestra Paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un sólo y nuevo hombre, haciendo la paz". Allí está todo. Ser pacificador es ser así, no se aferró a sus derechos, no se aferró a seguir siendo Dios, pero también hombre. No pensó para nada en sí mismo, se humilló así mismo hasta la muerte de cruz.
"No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Ésta es la enseñanza del Nuevo Testamento, acabar con el egoísmo propio y dejar que sea Cristo quien viva en cada uno de nosotros. Así pues, olvidándonos de nosotros mismos y humillandonos, sigamos las pisadas de Aquel que no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quién cuando le maldecian, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente...
Que Dios no dé de Su Gracia cada día, para ver y vivir ésta verdad gloriosa y ser reflejo, imitaciones del Príncipe de Paz.
Dios nos Bendiga.
Felices los que trabajan en favor de la paz, porque Dios los llamará hijos suyos.
¿Por qué hay tanta guerra en el mundo?¿ porque hay tanta intranquilidad, desacuerdo, conflicto entre los hombres? ¿ por qué hay tanta inseguridad en la sociedad? ¿por qué hay cada vez más adolescentes que son hechados de sus hogares?
La respuesta que encontramos en la Biblia es el pecado, es la rebeldía del ser humano contra Dios, de hecho la explicación de todos nuestros problemas es la concupiscencia, codicia, egoísmo, egocentrismo; por eso nadie se entiende. Hasta que nuestro corazón no sea cambiado por Dios, nada cambiará. Aveces se intenta mejorar la calidad de vida, sin mejorar el corazón del hombre. Sólo un corazón nacido de nuevo, regenerado por la obra del espíritu santo, es un corazón sometido a Dios y dispuesto a dejar que sea Él, el Dios Todopoderoso, quién lo gobierne.
Ser un pacificador implica una nueva naturaleza, tener un corazón limpio. Quizá te preguntes, pero quien lo puede tener del todo limpio? Dice la Biblia que no hay ni siquiera uno, todos nos hemos desviado a una. Pero sabes? Tenemos un ejemplo perfecto, único, eterno, en la vida de Jesús. Si, Él es nuestro Príncipe de Paz, Pacificador por excelencia, aún cuando "a los suyos vino y los suyos no le recibieron. Jesús vino a reconciliarnos con Dios y se ofreció como sacrificio vivo, santo y sin mancha. Nuestra Paz fue sobre Él.
Bienaventurado los pacificadores, porque ellos serán llamados Hijos de Dios....Hermoso; Ser conocidos como sus hijos, ser hombres y mujeres de Paz porque ejemplo tenemos en Él. Juan 1:12 " Más a todos los que le recibieron, a los que creen en Su nombre les dió la potestad ( el derecho) de ser Hijos de Dios... JESÚS se dió a nosotros para que pudiéramos tener paz con Dios, paz dentro de nosotros y paz los unos con los otros. Pero además ser conocidos como sus hijos. Osea que mi identidad, tu identidad está en Él. Alguna vez escuchaba a personas mayores decir: fulanito de tal es un hijo de Dios 😀, ser conocidos como Sus Hijos, porque en la práctica lo vivimos, es la identidad más valiosa que podemos tener! Sólo Él nos ayudará a amar a los que nos aborrecen, a mostrarnos misericordioso y sencillos aunque nos humillen, ultrajen o difamen y a seguir la paz y la santidad siempre .
Efesios dice: " Porque El es nuestra Paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un sólo y nuevo hombre, haciendo la paz". Allí está todo. Ser pacificador es ser así, no se aferró a sus derechos, no se aferró a seguir siendo Dios, pero también hombre. No pensó para nada en sí mismo, se humilló así mismo hasta la muerte de cruz.
"No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Ésta es la enseñanza del Nuevo Testamento, acabar con el egoísmo propio y dejar que sea Cristo quien viva en cada uno de nosotros. Así pues, olvidándonos de nosotros mismos y humillandonos, sigamos las pisadas de Aquel que no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quién cuando le maldecian, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente...
Que Dios no dé de Su Gracia cada día, para ver y vivir ésta verdad gloriosa y ser reflejo, imitaciones del Príncipe de Paz.
Dios nos Bendiga.
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