Barro, somos.


Cuando Jesús esta en la barca, no importan las tempestades, ni el tamaño de las olas, cuan importante es tener esa certeza de que Él, está en nuestra barca.
Cuantas veces, en Tu Vida Cristiana haz sentido que tu barca está o estuvo a punto de sucumbir? Quizá muchas veces,verdad? Que no te dé miedo decirlo ni asumirlo porque es así, somos vasos de barro. No somos de acero ni blindados, somos de barro, para que sea reconocido que todo poder sólo viene de Dios y no de nosotros.
Tú y yo tenemos el privilegio de ser vasijas de barro en Manos de Dios. Siendo débiles,  ya que en cualquier momento nos podemos resquebrajar o romper, tenemos el enorme privilegio de ser portadores de las Buenas Nuevas de Salvación.
"Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros" (2 Corintios 4:7). El tesoro al que Pablo se refiere es el conocimiento y la presencia del espíritu Santo por medio de la fe en Jesucristo.  Es comunicar y mostrar al  mundo ese gran tesoro que es Jesús, viviendo en Ti.
El mismo apóstol Pablo dio testimonio de lo que el Señor puede hacer con un vaso de barro cuando dijo que él todo lo podía en cristo que le daba las fuerzas que necesitaba.
Hace poco llegó a mi correo está pequeña metáfora, escrita por un hermano, dice así:
La Metáfora del Alfarero y La Tacita de Barro Que Somos Tú y Yo
Lo primero que hace el alfarero es darle forma con sus propias manos. Para tales fines es necesario que después de mojarla se apresure para darle forma con movimientos que a la futura tacita de barro, le son muy incomodas y dolorosos. El objetivo es darle la forma que el alfarero desea y sabe es la correcta.
Después de este proceso es necesario que la meta a un horno caliente (la pobre tacita de barro no puede entender como es posible que su creador la meta en un horno tan caliente y duda o simplemente no cree en el amor del alfarero por bonito que este le hable). Ese proceso duele mucho y la pobre tacita de barro lo está sufriendo y sólo quiere que su tormento tenga fin.
Luego de un buen rato la tacita de barro se siente feliz al ver que es sacada del horno ardiente es y puesta en una muy acogedora repisa para enfriar, se siente muy bien y empieza otra vez a confiar en su creador, el tan amado alfarero que con sus propias manos y mucho amor le dió forma.
Este momento de regocijo y tranquilidad dura poco tiempo ya que es necesario cepillar y pintar la tacita de barro. Sí, soportar un fuerte cepillo que le desgarra la piel y luego ese olor tan fuerte y molesto de la pintura que le quita su color original y le da uno que le parece muy extraño. La tacita de barro sólo siente dolor y angustias y se queja amargamente de que su creador no siente amor por ella ya que sólo le hace sufrir.
Cuando por fin termina este proceso de cepillado y pintura y que la tacita de barro empieza e estar tranquila, se le pasa el dolor provocado por el cepillo y el olor de la pintura deja de ser tan molesto, pero para su sorpresa vuelve a ser introducida en un horno, el mismo que esta vez está mucho más caliente.
Sólo pensemos en toda la angustia de la pobre tacita de barro, el calor de ese horno tan caliente y la gran decepción que tenia de su creador. El alfarero no la podía amar si sólo le causaba dolor y siendo de esta forma, cuál sería su futuro en manos de dicho personaje? Cuán grande fue su alivio cuando vió que la sacaron del horno y fue puesta sobre una repisa para enfriar!
Este es el momento cuando el alfarero está dispuesto a responderle las preguntas a la tan frustrada tacita y le dice que desde mucho antes de su creación él la amó y más de lo que ella se puede imaginar. En resumen le confiesa lo siguiente.
1-Si no me apresuro a darte forma con las manos te hubiera secado.
2-Si no te paso por el primer horno, muy pronto te hubieras agrietado y roto.
3-Si no te hubiera cepillado, no serias tan suave y tierna.
4-Si no te hubiese pintado, tu vida no tendría color.
5-Si no te hubiese pasado por el segundo horno, no podrías durar mucho tiempo.

La obra transformadora del espíritu es llevada a cabo  de una manera muy fina, en nuestro diario vivir estamos siendo conformados a la imagen de  El Hijo de Dios, a  la imagen del varón perfecto, a el prototipo del nuevo hombre.
Seguiremos quejandonos, cuando el sabio alfarero nos pone en la rueda, el horno y nos cepilla? Quiera Dios que aún en estos procesos que duelen, de nuestros labios puedan surgir, gratitud y alabanza, porque el Buen Alfarero, esta haciendo algo nuevo y dándonos forma. Recuerda: la excelencia del Poder es de Dios, no nuestra, barro somos. Que Su Gracia sea bastante y suficiente.
Dios te Bendiga y te sostenga con Su Poderosa Mano!



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